martes, 21 de septiembre de 2010

Organización

Me parece excelente la iniciativa de crear una bienal internacional de arte en Venezuela. Pero hay que atender, sin duda, la organización.

En la página web no hay una información clara de cómo enviar los trabajos, ya que por un lado se solicita material vía email y por otro el trabajo "físico" hay que entregarlo en distintas sedes universitarias.

En el momento en que envié el material vía email no obtuve ni respuesta, ni acuse de recibo, ni un código de inscripción, por ejemplo.

Como vivo en Caracas, me corresponde entregar en la dirección de cultura de la UCV. Hoy llamé y me informaron que ellos aún no tienen una confirmación oficial que diga que son receptores de obras para la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de la ULA.

Inicialmente la recepción era hasta el día 24 de septiembre, ahora se prorrogó hasta el 30. ¿Cómo es posible esta situación?

¿Existe entonces, en realidad, la convocatoria abierta?

Saludos,

Ángela Bonadies

Bienal Internacional de Arte Contemporáneo 2010: PRÓRROGA

Bienal Internacional de Arte Contemporáneo 2010: PRÓRROGA: "Apreciados Artistas.En vista de que muchas universidades iniciaron sus actividades hoy y considerando el cese de actividades que se producir..."

jueves, 23 de julio de 2009

¿Y qué nombre le pondremos? Colette Capriles

EL NACIONAL - Jueves 23 de Julio de 2009 Opinión/13

¿ Y qué tal si tomamos en serio el "giro institucionalista" que preside el guión oficialista de las últimas semanas (cuyo rasgo más interesante es el agrio reproche a la oposición venezolana por presuntamente no condenar con suficiente ardor la eyección de Zelaya mientras se bautiza a una promoción de militares con el honroso título de "27 de noviembre")? Digo: el Gobierno puede estar en efecto tratando de apropiarse de un activo (o alternativamente: puede estar tratando de expropiar una marca) representado en la adhesión de casi 70% de la población al concepto de democracia social, como muestran distintas encuestas. Resemantizar la democracia social para ajustarla a las opulentas y al mismo tiempo desnutridas carnes del cuerpo del estalinismo del siglo XXI no puede ser mal negocio, si tuviera éxito.

Pero las encuestas están diciendo otras cosas, mucho más desagradables, que también explicarían esta súbita avalancha de nostálgicas declaraciones democrático-representativas. La evaluación de la gestión es cada vez peor y hasta la misma figura del prócer se desfigura con la erosión del mando. Es hora de abandonar el tablero de la aclamación popular, del soberano rendido a los pies del sultán enardecido, para recuperar el argumento de la legitimidad de origen y de la democracia como medio legítimo para acceder al poder y conservarlo, ilimitadamente eso sí. Un medio, no más. Lo importante, empero, es que la etiqueta funcione para designar precisamente su contrario.

Cada vez más se hablará de democracia para referirse a una impostura, a un arreglo institucional del poder que no tiene nada que ver con el sentido primario de la palabra democracia, que es, como la entendían los griegos, poder compartido, poder distribuido. O sea, poder que no se concentra en ninguna parte.

Ni siquiera hay que recurrir a la hipótesis del cinismo para que la impostura tenga lugar, porque hay quienes honestamente creen que la democracia debe metamorfosearse y convertirse en un instrumento de redención social que no podría tener lugar con aquella "burguesa" concepción griega de la democracia.

Porque hay un dilema planteado por lo real: el Presidente podrá legalmente presentarse cuantas veces quiera a unas elecciones, pero la gente quiere cambios y ello ya es una tendencia firme y duradera que recogen todos los estudios de opinión. Es como si, en un cierto sentido, la disposición del pueblo es a recuperar la constitución perdida en el alambique torcido de una legalidad sobrevenida. Y esa prueba crucial en que van a convertirse las elecciones para la Asamblea Nacional reconfigurará completamente el clima político. O bien los procesos que ya se avizoran siguen su curso a pesar de los intentos del Gobierno de desnaturalizar el sistema electoral, y en ese caso tendremos una Asamblea con una exigua mayoría no oficialista, o bien el Gobierno profundiza su voluntad de desvanecer el hilo institucional y se lanza a la aventura de la ingobernabilidad inventándose formas alternativas para designar a los diputados o para suspender las atribuciones de la Asamblea.

El hostigamiento permanente contra gobernadores y alcaldes de oposición constituye un ensayo general que podría rutinizarse para invalidar a diputados de oposición o incluso, preventivamente, a quienes quieran candidatearse para la Asamblea. O quizás asistamos a la invención de un sistema electoral que desempolve las restricciones censitarias que adornaban los comicios antes de 1946, y mediante una colección de filtros sucesivos (para las candidaturas, o a través de modificaciones de circuitos electorales) se permute la voluntad popular.

Pero la temperatura sube. No sé si los termómetros del Gobierno están sin calibrar o el aislamiento del aire acondicionado lo protege. Los episodios que están teniendo lugar (y que seguirán aconteciendo) en los que la gente se enfrenta al poder arbitrario sin otra arma que su indignación resultarán cada vez más reveladores, más elocuentes.

Me pregunto si, en el supuesto negado (hermosa locución dialectizante...) de que el Gobierno quisiera inaugurar el diálogo con la sociedad, está en capacidad de hacerlo.

Nunca tuvo ese hábito y quizás ya está demasiado viejo para aprenderlo.

domingo, 19 de julio de 2009


apreciados compañeros, presten atención a estas palabras

Caracas 15 de julio de 2009
Apreciados compañeros:
Como ustedes comprenderán, en estos momentos en que el panorama económico del país se hace cada vez más crítico, quedar desempleado es como exponerse al descampado, porque la vida de nuestras familias depende de nuestro ingreso salarial.
Me he querido dirigir a ustedes porque hoy he sido despedida de mi cargo como Directora de Procesos Museológicos del Museo Cruz-Diez, cargo que desempeñé desde el 8 de diciembre del 2008, hasta esta triste fecha en la que fui informada a través de una carta que resume en dos líneas mi condición de despido. Les puedo decir que nunca recibí una amonestación que indicara alguna falta o desacuerdo por las labores que realicé, lo recuerdo porque este despido no tiene justificaciones laborales propiamente dichas.
Como muchos de ustedes, yo he representado uno de esos especimenes en vías de desaparición que constituimos la “gente de museos”. Podría relatar brevemente una historia de esfuerzos vivida junto a mis compañeros del Museo Jacobo Borges donde realizamos inolvidables proyectos como: “Caballo de Troya”(sobre los presos del Retén de Catia), “Niños de la calle”, “El Platillo de la balanza”(textos sobre la muerte en los barrios de Caracas y el abuso policial), “Inocentes” (sobre los niños desaparecidos en Colombia), “Vecindarios” ( imágenes y relatos sobre la vida corriente en distintas zonas de Catia) y “Eva en ausencia. El lenguaje del duelo”, proyecto con el que gané el premio FAMA de la Fundación Polar, por su contenido humano y artístico al tratar el tema del duelo por la pérdida de los hijos de familias muy pobres de esta ciudad .Fueron realmente tiempos gloriosos para todos.
Lamentablemente esta trayectoria relatada de manera tan resumida, hoy, para la Directiva de la Fundación Museos Nacionales, carece de todo valor y pareciera no ser razón de orgullo, sino todo lo contrario, pues se trata de una historia que hay que tratar de borrar.
A pesar de la gran debacle creada por esta Fundación, que al parecer no tiene otro propósito que el de la destrucción de los Museos, cuando ingresé al Cruz-Diez, lo hice con el sueño de realizar algunos proyectos cónsonos con lo que ha sido una elección personal de trabajo con temas sensibles, en un país que requiere ser pensado con urgencia. Pero, lo cierto es que vivimos tiempos de una gran degradación moral que ha vaciado nuestros Museos de sentido de trascendencia y humanidad.
Nos han convertido en instituciones que repiten temerosas los dictados de funcionarios que no conocemos y que no vemos a diario. No se puede redactar nada que no sea aprobado, y todo desde una gran desconfianza, me refiero a tareas sencillas que antes realizábamos y que no suponían ningún peligro para nadie, hoy en día, hasta una tarjeta de invitación es sometida a la lupa de la sospecha.
Recientemente circuló vía Internet un documento deplorable que trataba de humillar a altos directivos de la Fundación de Museos, este infame documento que aparecía cobardemente sin firma, era, recuerdo, uno de los textos más degradados moralmente que he leído en mi vida. Yo creo que estos acontecimientos, me refiero a la desconfianza y a la ofensa sin límite de bizarría, sin pudor, se suman a otras tantas imágenes como las de una alta burocracia acomodada en la Fundación de Museos que se dedica a viajar y a gastar los dineros que podríamos invertir en programas más genuinos, más sinceros que los impuestos desde la estrategia de una invisible Plataforma Cultural.
Quisiera pedirles a ustedes disculpas si me atrevo a relatar episodios personales. Hace pocos días fui insultada por el Directivo del Sindicato, el señor arquitecto Félix Gómez, fui ofendida en mi condición de trabajadora y de mujer, y todo esto delante de la señora Silvia Fuentes, Directora del Museo Cruz-Diez, para ese momento. Me sorprendió tanto el insulto del Directivo de un sindicato que debería utilizar su Fuero Sindical para proteger a los trabajadores, no para acorralarlos y ofenderlos, pero también me sorprendió, y esto debo decirlo con absoluta responsabilidad, la impasibilidad de esta Directora.
Debo dejar constancia de mi aprecio por muchas de las personas y acciones que el Sindicato Bolivariano ha emprendido en estos últimos años de la historia de los Museos, pero también debo decir que lamento que muchas veces la conducta sindical y el comportamiento patronal se confundan en un intercambio de privilegios donde un personaje como el señor Gómez, que de todos es conocido su nivel de conflictividad para con sus compañeros de trabajo, no encuentre un mejor uso de su Fuero Sindical que el de ofender a los trabajadores, especialmente cuando se trata de mujeres.
Mi salida del Museo obedece a los dictados de un guión donde el acuerdo entre el señor Félix y la recién nombrada Directora Isabel Huizi entraron en absoluta complicidad; el señor Gómez se va de vacaciones para evitar relacionarlo con este hecho y la directiva actúa despidiéndome, a pesar de mi solicitud ante la Fundación de que me permitieran continuar con mi labor ubicándome en un cargo de menor rango en otra institución. Francamente, queridos compañeros, no puedo sino pensar que se trata de un montaje, de una mueca descompuesta como toda la inmoralidad y la destrucción que hoy en día ha anidado en los Museos.
En tan poco tiempo de actividad era imposible que la actual directora pudiera evaluar mi trabajo de manera tan negativa, sólo a través de su grosero acoso emprendido casi desde su primer día en éste cargo, al descalificar mis capacidades profesionales y someterme a tareas que buscaban señalar alguna fisura en el desempeño de mis funciones.
Con estas palabras quisiera alertarlos frente al tipo de abusos que se pudieran cometer en éste y otros Museos, porque hoy me ha tocado a mi, pero creo que cosas como esta le pudieran ocurrir a otras personas que no poseen más que su trabajo diario para sostener a sus familias.
Por último, deseo expresar el profundo aprecio que siento por la gente que día a día hace vida en el Cruz-Diez y en otros Museos, me conmueve el amor que le tienen a su trabajo, la dedicación que le ponen a cada tarea, el esfuerzo que realizan con los menguados recursos que les otorgan para desarrollar una actividad cultural, que, para la Fundación no tiene otra significación más allá de una cifra estadística vaciada en interminables cuadrículas solicitadas de manera absurda, y esto lo digo para señalar el poco valor que en el fondo pareciera tener éste difícil oficio de despertar sensibilidades frente al quehacer artístico en los actuales momentos.
A todos mis compañeros del Cruz-Diez, a mis entrañables amigos del Jacobo Borges, a los que trabajan en otras instituciones, a la “gente de museos”, les pido que presten atención a estas palabras y las hagan circular.

Afectuosamente
Xiomara Jiménez R.
C. I. 10.782.647

Los niños aprenden lo que viven

Si un niño vive criticado, aprende a condenar
Si un niño vive con tolerancia, aprende a ser tolerante
Si un niño vive con estimulo, aprende a confiar
Si un niño vive apreciado, aprende a apreciar
Si un niño vive con seguridad, aprende a tener fe
Si un niño vive con aprobación, aprende a quererse
Si un niño vive con equidad, aprende a ser justo
Si un niño vive avergonzado, aprende a sentirse culpable
Si un niño vive con hostilidad, aprende a pelear
Si un niño vive con aceptación y amistad, aprende a hallar amor en el mundo.

jueves, 16 de julio de 2009

Un país no debe tener una idea demasiado ilusoria de sí mismo

Diego Bautista Urbaneja // Estaba allí

Uno se puede figurar que toda colectividad nacional es una gran mezcla donde conviven elementos muy dispares, que en su intrincada combinación producen los rasgos distintivos de esa sociedad, aquellos por los cuales podemos diferenciar una colectividad de otra.

La disparidad señalada se refiere, no sólo al terreno al cual se refieren esos elementos -el económico, el político, el artístico- sino a su calidad. Se mezclan así aspectos muy positivos, creativos, solidarios, con facetas negativas, destructivas, conflictivas, resentidas.

El liderazgo , los líderes de los países, lo que en definitiva hacen es sacar a flote tales o cuales de esos elementos que bullen en el caldo nacional. Hay los que suscitan la emergencia de los mejores componentes del carácter colectivo. Y están los que traen a escena los que uno quisiera que siempre se quedaran en el fondo del caldero.

En realidad, nunca se puede sacar a flote una sola parte de ese compuesto. Entonces lo importante es cuál tipo de rasgos toma la primacía, poniendo a los demás a su servicio. En la producción de ese predominio de unos rasgos o de otros, está también la mano decisiva de los líderes.

Así por ejemplo, Hitler seguramente sacó a relucir cosas como la tremenda eficiencia del pueblo alemán, gracias a la cual hizo de ese país la primera potencia mundial. Pero, en esta visión de las cosas que queremos adelantar, la puso al servicio de elementos negativos que estaban sedimentados en el fondo, y que subieron a la superficie con fuerza terrible: el antisemitismo, el revanchismo nacional, el afán de dominio.

La calidad del líder, del liderazgo que en un momento dado impone su impronta en una colectividad dada, se puede así clasificar y calificar de acuerdo a las nociones que acabamos de proponer. En un juicio inmediato, creo que la gran falta de Chávez es haber sacado a la superficie mucho de lo peor de lo que la sociedad venezolana contiene en su mezcla característica. Pero el líder no crea esas cosas. Por eso no comparto eso que siempre se dice: "Nosotros no éramos así", no. Las cosas que hemos visto surgir, de enfrentamiento, de conflictividad, de animadversión entre los venezolanos, estaban allí. Facturas por cobrar, de índole social, racial, histórica.

Sólo que llevaban una existencia soterrada, sepultada por otras cosas, o que encontraban su expresión en fenómenos que no entraban en la pantalla de visibilidad admitida, o que no se hacían lo bastante visibles, o que no interpretábamos como expresión de aquello de lo que en verdad lo eran.

Desde el punto de vista de la responsabilidad individual, los dirigentes que producen esa inversión de valores, que imponen el predominio de los rasgos negativos sobre los positivos, siempre cargarán con ese baldón, por mucho que ello no hayan "creado" nada, sino que hayan hecho emerger algo que ya preexistía.

Pero en una perspectiva histórica más amplia, es necesario que todo salga a flote. Si eso estaba allí, pues que aparezca. Un país no debe tener una idea demasiado ilusoria de sí mismo. Chávez es lo que es, y a su desmesura seguirá la expiación que todo lo compensa y lo equilibra, según nos indica la sabiduría griega. A toda hibris -la desmesura- sigue su correspondiente némesis, la expiación que compensa.

Eso vendrá. Lo que aquí sostengo, colocado en una visión de más alcance, es que, si queremos sacar provecho histórico de estos años, hemos de tomar nota de lo que en ellos se reveló, aunque haya sido de la manera deformada que el comandante de Sabanetas le impuso a esa expresión. No dejar que eso vuelva a bajar al fondo del caldero, para fermentarse, reconcentrarse, hasta el próximo surgimiento explosivo y deformado por un Chávez siguiente.

Al contrario: que se airee, que se disuelva. Que no se convierta en un pilón de facturas por cobrar, sino que se cancelen allí mismo, apenas surjan, por una sociedad, por un Estado, atento al reclamo, a la injusticia, a la opresión, y que lleve la contabilidad al día.

Sólo así lograremos ser una sociedad exitosa. Una colectividad en la cual el predominio de los factores positivos de la nacionalidad, sacados a flote por un liderazgo que hay que suponer que existe o existirá, no esté en riesgo permanente de recaer, derrotado por un tipo de cosas que no sabíamos que estaba allí.

Sólo así nos libraremos de tener que volver a proferir esa inconsciente confesión de ceguera y de derrota, que ojalá no digamos más nunca: "nosotros no éramos así".

El Universal 16/07/2009
http://opinion.eluniversal.com/2009/07/16/opi_art_estaba-alli_1471474.shtml